Una microbiota oral sana repercute en el rendimiento deportivo
Buena alimentación, hidratación y masticación ayudan a mejorar el desempeño deportivo. En el medio, las bacterias orales cumplen un rol importante que es necesario preservar.
En una investigación conjunta de la Universidad de Plymouth (Reino Unido) y de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) se evaluó evidencia científica disponible sobre el impacto del ejercicio físico en la saliva y la microbiota bucal. Sus resultados fueron publicados en la revista PharmaNutrition. El motivo de este trabajo fue que, según Raúl Bescós (primer autor y profesor titular de Fisiología de la Alta Casa de Estudios inglesa) “había indicios de la relación entre deporte y microbiota oral pero también muchos vacíos, y por eso quisimos revisar qué impacta sobre la microbiota oral y cómo esto puede tener efectos moduladores sobre los beneficios del deporte”, explicó a Gaceta Dental.
Uno de los factores clave en este esquema es la dieta; específicamente el consumo de nitratos que están presentes en los vegetales de hojas verdes (brócoli, rúcula, espinaca) y también en la remolacha. El nitrato (ya sea consumido como producido endógenamente) forma parte de la alimentación de las bacterias bucales, que la convierten en nitrito. Esta sustancia se utiliza en el estómago y en los vasos sanguíneos, que aumentan el flujo de sangre que llega a los músculos y además reduce la presión arterial.
Cuando se utilizan colutorios con acción antibacteriana (con clorhexidina) sin prescripción médica, se “inhiben las bacterias de la boca, y se ha observado que cuando se utiliza clorhexidina los efectos positivos del ejercicio sobre la tensión arterial disminuyen drásticamente”, indicó Bescós a la vez que recuerda el rol de la microbiota oral en la reducción de los nitratos en nitritos.
Por su parte, practicar deportes como ciclismo y atletismo colaboran a la deshidratación o sequedad bucal y de esta manera se ve afectada la diversidad y la abundancia de la microbiota oral. Esta merma repercute en la protección de los dientes.
Otro fenómeno en la práctica deportiva es que “algunos atletas suelen vomitar como resultado de la ansiedad que tienen antes de las competiciones o durante las competiciones debido al esfuerzo, lo que provoca alteraciones del pH bucal, erosión del esmalte y alteración de la composición bacteriana”, apuntó la investigadora Patricia Casas-Agustench, profesora de la UOC e investigadora asociada en la Universidad de Plymouth.
Además de consumir vegetales valiosos en nitratos, frutas y verduras ricas en fibra y frutos secos, tanto Bescós como su colega Casas-Agustench recomendaron estimular la masticación: “la saliva es esencial para regular el pH bucal y la composición y la actividad de las bacterias de la boca”,
Las bacterias bucales conforman el segundo microbioma más complejo del organismo. El primero, el intestinal, es el que más atención recibe por parte de la comunidad académica. Sin embargo, en los últimos años creció la importancia por investigar la microbioma oral debido a su papel fundamental en el organismo.