Pacientes consumidores de drogas: ¿cómo actuar en la consulta odontológica?

Más de la mitad de los odontólogos en Estados Unidos afirmaron que sus pacientes llegan a la consulta bajo los efectos de las drogas. Así lo reveló la Asociación Dental Americana (ADA) en un sondeo en donde “el 56% informó que limitaba el tratamiento a los pacientes que estaban drogados y, debido a cómo la marihuana y la anestesia afectan el sistema nervioso central, el 46% de los dentistas encuestados aseguró que a veces necesitaba aumentar la dosis de anestesia para tratar a los pacientes que necesitaban atención”, citó el sitio Gaceta Dental. 

Fue así que el Consejo General de Colegios de Dentistas de España elaboró un informe con los riesgos que las drogas representan para la salud bucodental: 

-El Cannabis provoca xerostomía, lo cual se asocia a un mayor riesgo de caries. 

-El tetrahidrocannabinol (THC) estimula el apetito, lo que conlleva al consumo de productos azucarados con mucha frecuencia y también a deficiencias nutricionales que inciden en la salud general y en la salud oral.

-La marihuana desencadena alteraciones en los tejidos blandos: mayor presencia de leucoplasia, alteraciones periodontales, lesiones potencialmente malignas y hasta incremento del riesgo de cáncer oral, entre otros.

-La cocaína esnifada puede disolver el tabique nasal. En los casos más graves también puede lesionar el tejido entre la nariz y el paladar y generar un orificio que dificulta hablar o comer. 

-La cocaína fumada o aplicada directamente sobre las encías puede producir caries, enfermedad periodontal y lesiones en la mucosa debido a que es un estupefaciente muy ácido. 

-El consumo de éxtasis (metanfetaminas) puede asociarse a un incremento de riesgo de xerostomía, bruxismo y dolor muscular mandibular por apretamiento.

-La heroína también aumenta el riesgo de padecer xerostomía y bruxismo; además conllevar a una mayor posibilidad de contraer infecciones virales, hongos y decoloración de la lengua. 

-Los consumidores de heroína sienten la necesidad de consumir dulces, lo cual desencadenaría caries. 

Las recomendaciones, en casos de intoxicación por drogas y alcohol, es suspender el tratamiento odontológico por al menos 24 horas. 

Las razones de ello se explican entre problemas legales relacionados al consentimiento informado, hasta alteración de los umbrales del dolor del paciente (el alcohol y la heroína lo aumentan mientras que otras pueden disminuirlo dependiendo de la situación psíquica del paciente). Esto incidiría en la dosis de anestesia para el tratamiento. 

En el caso del alcohol o de la heroína, se produce un aumento del umbral. Otras, en cambio, pueden reducir ese umbral dependiendo de la situación psíquica del paciente y, por lo tanto, habría que aumentar la dosis de anestesia para realizar el tratamiento.

“Otras razones que justifican el no tratamiento dental en esas condiciones son los riesgos derivados de posibles interacciones, especialmente con los anestésicos locales, muy especialmente si llevan epinefrina, que puede acentuar la taquicardia en estos pacientes”, amplía el doctor Óscar Castro Reino, presidente del Consejo, a Gaceta Dental.

Otro inconveniente que se presenta en estos casos es la mayor ansiedad, hiperactividad, alucinaciones y paranoia que dificultan la colaboración con el profesional, hasta el punto de poner en riesgo su salud y provocar heridas innecesarias por movimientos bruscos.

Finalmente, a largo plazo los consumidores de estupefacientes suelen descuidar su dieta y tener una alimentación poco saludable. La drogodependencia los induce a descuidar su higiene bucodental y personal en general. Sumado todo ello en forma sinérgica, aumenta el riesgo de enfermedades odontológicas, entre ellas el cáncer oral. 

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