Infecciones dentales agudas: ¿qué puede hacer un médico en la guardia?

“Con frecuencia se solicita a los médicos generales y a quienes trabajan en los departamentos de emergencia que traten a pacientes que presentan problemas dentales, pero a menudo tienen poca o ninguna capacitación en esta área”, advierte Douglas Robertson y sus colaboradores. 

Esto se pone de manifiesto si, además, ocurre en lugares donde el acceso a la atención odontológica es más difícil; el paciente no acude al odontólogo habitualmente; le teme a una intervención dental o piensa que un tratamiento con antibióticos solucionará su problema. En estos casos, el paciente puede encontrar que la sala de guardia o el acceso a un médico son más fáciles. 

Es así que este profesor senior y consultor honorario en Odontología Restauradora de la Facultad de Odontología de Glasgow (Escocia) y sus colaboradores decidieron elaborar una revisión para ayudar a médicos generales y no especialistas con el diagnóstico inicial y el tratamiento de las infecciones dentales agudas.

Éstas suelen desarrollarse cuando las bacterias invaden la pulpa dental (nervio) pero también se propaga a los tejidos que rodean al diente.

¿Qué puede hacer un médico generalista ante una emergencia odontológica?

En primer lugar, el rol del médico será identificar y tratar a los pacientes que tienen infecciones dentales difusas graves con sepsis y signos de alarma para derivarlos inmediatamente a un cirujano oral y maxilofacial para su tratamiento. Esto siempre siguiendo las recomendaciones para la sepsis. 

Cuando el paciente requiere la atención de un odontólogo, los médicos deberán consultar o derivar en un plazo apropiado mientras suministran la analgesia correspondiente. Se recomienda prescribir analgésicos y antiinflamatorios no esteroides.

Los autores resaltan que los médicos no pueden realizar procedimientos quirúrgicos intraorales. Por ello, deben tener en consideración cuáles son los servicios dentales locales y aquellos que atiendan emergencias por guardia o más allá de la jornada laboral. 

Cuando la infección dental es localizada, el tratamiento puede realizarse a través de la extracción del diente infectado, la incisión y el drenaje de las colecciones purulentas o por tratamiento de conducto. Esto deber ser manejado por el odontólogo y el cirujano oral y maxilofacial.


En ausencia de un diagnóstico definitivo, los médicos no deben posponer la derivación del paciente a un odontólogo porque le haya prescripto antibióticos, que posiblemente sean ineficaces. Esto puede resultar en el retraso a la consulta con el profesional y además empeorar los resultados. 

Por su parte, los antibióticos solo deben prescribirse cuando el diagnóstico es claro, hay hinchazón facial o localizada y no hay posibilidad alguna de acceso a la atención dental en las próximas horas. Los autores recuerdan que los ensayos controlados aleatorios demostraron que los antibióticos solo pueden proporcionar un alivio a corto plazo. 

“Los abscesos dentales localizados responden bien a la incisión y el drenaje, el tratamiento radicular o la extracción y, por lo tanto, es importante programar una cirugía dental inmediata en lugar de recetar antibióticos innecesarios”, indican Robertson y su equipo.

Asimismo, “los antibióticos solo deben prescribirse en los pacientes con signos de propagación local sistémica o que están moderada o gravemente inmunocomprometidos. Hay poca evidencia para abogar por el uso de uno u otro régimen. Sin embargo, un curso corto con una dosis baja es eficaz para una mejoría clínica y puede reducir el desarrollo de resistencia (sic). El antimicrobiano de primera elección es la amoxicilina mientras que la clindamicina es una alternativa para aquellos que son alérgicos a la penicilina”, desarrolla el artículo Infecciones dentales agudas graves en Intramed.

A la vez, agrega que si no hay signos claros de propagación de la infección, aparte del dolor, tampoco se deben prescribir antibióticos, inclusive si no es posible iniciar de inmediato el tratamiento odontológico definitivo. 

De acuerdo a Douglas Robertson y sus colegas, en algunas partes del mundo los pacientes no suelen tener buenos resultados debido al acceso limitado a la atención odontológica debidamente capacitada. 

Para evitar que la salud del paciente no se vea comprometida, los autores abogan por “asegurar que el servicio comisionado posea una vía para la atención dental de calidad para los pacientes que experimentan estas infecciones potencialmente graves, que proporcionen una atención adecuada y oportuna, tanto dentro como fuera de las horas de trabajo normales”. Su artículo Management of severe acute dental infections que escribió junto a William Keys, Ronnie Burns y Andrew Smith puede consultarse en el British Journal of Medicine.

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