La tríada EPOC, enfermedades respiratorias y enfermedad periodontal
La presencia de bacterias propias de la enfermedad periodontal en los pulmones despierta interés en el rol del odontólogo en el tratamiento de las enfermedades respiratorias.
El campo de la Medicina Periodontal surge de la posible interacción entre la enfermedad periodontal y las enfermedades sistémicas que afectan a distintas partes del organismo.
Además de la consabida relación entre enfermedad cardiovascular y periodontal, el foco ahora se pone también en las enfermedades respiratorias. Nuevas evidencias confirman algo que se venía intuyendo: la presentación y el resurgimiento de algunas enfermedades respiratorias (neumonía, bronquitis o exacerbaciones de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)) guardan relación con la periodontal. Así lo anuncia el artículo “Cuida tus encías, tus pulmones te lo agradecerán” de la Revista Fundación SEPA (Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración).
El odontólogo cumple un rol especial en el tratamiento integral de las patologías respiratorias gracias a la perseverancia en el cesamiento tabáquico (uno de los factores de riesgo comunes entre ambas enfermedades –la periodoncia y la respiratoria-), el refuerzo en las instrucciones de higiene oral, la monitorización de otras patologías bucodentales secundarias a los efectos farmacológicos de la EPOC (como la caries y la candidiasis oral), tal como enumera la doctora Blanca Paniagua, profesora de la Universitat Internacional de Catalunya (UIC, España). “La presencia de patógenos orales puede aumentar el riesgo de desarrollar neumonía o bronquitis e, incluso, empeorar la salud de pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica”, afirma Paniagua.
En los últimos años se registraron un aumento de la incidencia de la neumonía y la bronquitis; y además se relacionaron con la presencia de microorganismos que no son habituales como las Pseudomonas aeruginosa y los gérmenes anaerobios. Éstos se encuentran en la boca y desde allí se propagan a otras partes del organismo. Para el doctor Oriol Sibila (del Servicio de Neumología del Hospital Santa Creu i Sant Pau (Barcelona)) “una hipótesis plausible es que el incremento de estas infecciones respiratorias se deba, en gran parte, al envejecimiento de la población, que conlleva en muchos casos una peor salud bucodental y un mayor riesgo de que el contenido bacteriano que se encuentra en la boca o la faringe pase a la vía aérea”.
La proximidad de la cavidad bucal y las vías aéreas también cuenta. Las bacterias orales podrían jugar un rol en el origen de las enfermedades respiratorias por la aspiración de patógenos orales como como Porphyromonas gingivalis, Prevotella intermedia y Actinobacillus actinomycetemcomitans. Asimismo, las enzimas de los patógenos periodontales modificarían a los receptores de adhesión de la superficie de la mucosa y promover así la adhesión de patógenos respiratorios que son aspirados hacia los pulmones. En tercer lugar, las citoquinas procedentes de los tejidos periodontales causan una alteración del epitelio respiratorio que es más vulnerable a los patógenos respiratorios. Como aseguró la doctora Paniagua, una mala salud bucodental puede ser un factor de riesgo para padecer determinadas enfermedades respiratorias.
Entre ellas figura la EPOC. Existe un riesgo mayor de sufrir esta enfermedad en pacientes con elevado índice de placa dental y la pérdida ósea alveolar. Similarmente, los pacientes con EPOC tienen más riesgo de desarrollar enfermedades periodontales. El tratamiento odontológico disminuiría la cantidad de exacerbaciones y enaltecería la reducción de la función pulmonar; aunque hay cautela con esta última hipótesis ya que todavía se necesitan más estudios clínicos que la avalen.
Así todo, se consideran de importancia las estrategias de prevención y tratamiento de la enfermedad periodontal en pacientes con EPOC, a quienes se recomienda una visita de mantenimiento al odontólogo cada 3 o 4 meses; mantener adecuados niveles de placa bacteriana y controlar los factores de riesgo relacionados.
Por su parte, “los pacientes que requieren una atención especial son los pacientes institucionalizados (especialmente los ingresados en unidades de cuidados intensivos) y los ancianos debilitados u hospitalizados, con el fin de evitar la aparición de neumonías”, agrega la doctora Paniagua.