Síndrome metabólico y enfermedad periodontal

Como en otras enfermedades sistémicas, la enfermedad periodontal está presente en el síndrome metabólico. Y como en otras enfermedades sistémicas, un adecuado tratamiento bucal colabora con el tratamiento.

 

Un verdadero problema de salud pública: el síndrome metabólico. Se estima que entre un 17 y 32 por ciento de la población mundial lo padece (dependiendo de las zonas geográficas) y un 60 por ciento de los diabéticos. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, para padecer este síndrome se necesita presentar al menos tres de estos cinco critierios:  glucemia elevada, presión arterial sistólica o diastólica elevada, colesterol HDL disminuido, triglicéridos elevados y medidas de perímetro abdominal por encima de los 102 centímetros en hombres y de los 88 en las mujeres (obesidad abdominal).

La resistencia a la insulina, la hipertensión y la dislipemia (presentes en este síndrome) se asocian al riesgo de sufrir diabetes y problemas cardiovasculares. Estos dos últimos, a su vez, se asocian con la enfermedad periodontal.

En el artículo “La periodontitis, pieza clave en el puzzle del síndrome metabólico” de la Revista Fundación SEPA (Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración) se explica la relación entre estas patologías. Así, afirma que se demostró que el tratamiento periodontal de pacientes con periodontitis y síndrome metabólico reduce los niveles sistémicos de proteína C-reactiva, triglicéridos y leucocitos.

“Entre los aspectos más importantes del síndrome metabólico asociado con la enfermedad periodontal destaca la obesidad, por el hecho de que el tejido adiposo produce citocinas inflamatorias, lo que hace que estos individuos sean más propensos a experimentar condiciones inflamatorias”, se asegura en el artículo.

Por su parte, la diabetes es un factor de riesgo para periodontitis y al mismo tiempo, el tratamiento periodontal facilita el control metabólico de las personas con diabetes. De hecho, la enfermedad periodontal se ubica en el sexto lugar entre las complicaciones de la diabetes, detrás de la retinopatía diabética, la nefropatía, la enfermedad cardiovascular, la enfermedad vásculocerebral y la neuropatía.

Si bien los tratamientos farmacológicos demostraron modificar satisfactoriamente el riesgo en las personas con síndrome metabólico, los cambios de estilo de vida aportan también beneficios más allá de los parámetros sanguíneos. Cabe recordar que el aumento de la incidencia del síndrome metabólico se debe al mayor sedentarismo, los desequilibrios en la alimentación, el aumento del estrés emocional y el consumo de tóxicos. Por lo tanto, el estilo de vida saludable para hacer frente a esta patología se basa en cuatro pilares: ejercicio físico regular, alimentación equilibrada, descanso reparador y, por supuesto, cuidados bucodentales.

 

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