Barbijos y tapabocas: ¿afectan a la salud bucal?
Tras revisiones de artículos, publicaciones y recomendaciones, una ortodoncista brasilera explica qué papel cumplen en la halitosis, en las alteraciones bucales y en algunos hábitos como la higiene bucal y la ingesta de agua.
La pandemia por coronavirus impulsó cambios en la cotidianeidad de la población. El uso de tapabocas o barbijos, tanto en adultos como en niños, es la más visible de una serie de medidas higiénicas para controlar la propagación del virus.
¿Puede el uso de estas mascarillas afectar la cavidad oral? La profesora de Ortodoncia Marta Bruna del Cojo, de la Universidad CEU de San Pablo (Brasil) revisó las opiniones y análisis de especialistas de asociaciones como Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de la I Región, el Consejo General de Dentistas de España y la Asociación Dental Americana. Sus conclusiones se agruparon en tres ejes: halitosis, alteraciones dentales (tinciones, caries y enfermedad periodontal) y cambio de hábitos.
-Halitosis: el uso prolongado de tapabocas o mascarillas permite que el sistema olfatorio se encuentre más tiempo en contacto con las exhalaciones nasales y bucales. Esto puede permitir que personas con halitosis tomen consciencia de su problema con el mal aliento. Asimismo, las mascarillas tiene un período de uso recomendado (por ejemplo, 4 horas para las quirúrgicas). Trascurrido ese lapso, pueden perder su eficacia y dar lugar a que se acumule saliva y se produzca mal olor.
-Alteraciones dentales como tinciones, caries y enfermedad periodontal: la falta de oxígeno puede conllevar a un desbalance del equilibrio de bacterias anaerobias responsables de la pigmentación externa de los dientes, las caries y la enfermedad periodontal. Sin embargo, según la profesora del Cojo, una situación de hipoxia que dé lugar a una disbiosis es poco probable si se utiliza el barbijo o tapaboca adecuadamente.
-Cambio de hábitos: lavarse los dientes fuera de casa puede ser una complicación cuando se lleva máscara durante 8 horas al día. En algunos lugares no está permitido utilizar el baño para la higiene bucal (por el riesgo a que el virus se propague al dispersarse los aerosoles). También, el miedo a sacarse el tapabocas y exponerse al contagio puede llevar a ingerir menos líquido durante la jornada. La falta de agua puede producir alteraciones en la cavidad bucal que desarrollen patologías. El agua colabora en el proceso de auto limpieza de la boca, en la producción de saliva y si además el agua es fluorada, aporta flúor.
“Podemos concluir que las mascarillas, per se, no son responsables de la aparición de las patologías bucodentales”, afirma la profesora Marta Bruna del Cojo a Gaceta Dental y aclara que “partiendo de la base de que debemos siempre elegir la mascarilla más adecuada y usarla correctamente, es muy importante que no descuidemos nuestra salud bucodental”.