¿Pueden las medidas para reducir aerosoles prevenir las enfermedades infecciosas?
Un análisis de trabajos científicos sobre aerosoles en odontología demostró que todavía se necesita una buena revisión sistemática de los riesgos de infección respiratoria de los profesionales por los aerosoles.
Los aerosoles son diminutas gotas formadas por aire, agua y saliva del paciente y productos de muchos de los procedimientos dentales. También pueden poseer microorganismos como bacterias, hongos y virus.
De modo que siempre resulta higiénico limitar la producción de los aerosoles para ayudar a prevenir la transmisión de enfermedades en un contexto dental.
Es por ello que los especialistas Sumanth Kumbargere Nagraj Prashanti Eachempati, Martha Paisi Mona, Nasser Gowri Sivaramakrishnan y Jos H. Verbeek se tomaron el trabajo de revisar la evidencia de estudios de investigación con el objetivos de indagar si las intervenciones que apuntana reducir la producción de aerosoles durante los procedimientos dentales pueden prevenir la transmisión de enfermedades infecciosas. Asimismo, buscaron conocer el costo de las intervenciones y si los pacientes y profesionales las consideraban aceptables y fáciles de aplicar.
Asi fue que seleccionaron 16 estudios con un total de 425 personas. Los mismo incluían entre uno y 80 participantes de entre cinco y 69 años; y se distribuían, por país de origen, en Estados Unidos (6), India (5), Reino Unido (2), Egipto (1), Emiratos Árabes Unidos (1) y los Países Bajos (1).
Arribaron a la conclusión de que “ninguno de los estudios evaluó el riesgo de transmisión de enfermedades infecciosas. Tampoco evaluaron el coste, la aceptabilidad ni la facilidad de aplicación”, sentenciaron en el artículo Intervenciones para reducir los aerosoles contaminados producidos durante los procedimientos dentales para la prevención de enfermedades infecciosas publicado en Cochrane Library.
Los trabajos analizados midieron los cambios en los niveles de contaminación bacteriana en aerosoles pero evidencia de certeza muy baja. Esto significa que no es posible deducir a partir de esta evidencia si existe un efecto sobre los niveles de contaminación bacteriana además de que ningún estudio indagó sobre la contaminación vírica o fúngica.
Una de las conclusiones a las que arribaron los investigadores es que ninguno de los ensayos analizados demostró una reducción del nivel de contaminación viral en aerosoles.
Finalmente, que “se necesitan pruebas especialmente sobre partículas pequeñas viables. Esto requiere la medición del tamaño de las partículas y la contaminación, preferiblemente en base al muestreo del flujo de aire. Sería útil tener consenso sobre cómo y qué medir como resultado de la contaminación, por ejemplo, a través de una iniciativa COMET”, expresan, a la vez que recuerdan la importancia de recordar que la rentabilidad es importante para los consumidores y debe agregarse como resultado en futuros ECA. Asimismo, “necesitamos una buena revisión sistemática sobre el riesgo de infección respiratoria en los profesionales de la salud dental como resultado de la exposición a los AGP”, agregaron.