Probióticos en auxilio de antibióticos

De acuerdo al Boletín Farmacoterapéutico INFAC (Información Farmacoterapéutica, País Vasco, España), aproximadamente el 12% de las prescripciones de antibióticos se realizan para tratar infecciones odontológicas.

El efecto adverso de este tratamiento indicado a pacientes con una infección bucal es la diarrea asociada a los antibióticos (DAA). 

Esto se debe a que las bacterias beneficiosas para la microbiota también se ven afectadas por el poder antibiótico y de esta forma se provoca un desequilibrio en el ecosistema intestinal. La infección por Clostridium representa cerca del 20-30% de los casos de DAA. “Por ello, es fundamental que los profesionales de la Odontología estén atentos a los posibles signos de DAA y consideren medidas preventivas para minimizar su aparición, como la prescripción adecuada de antibióticos y la educación del paciente sobre su uso”, indica el artículo ¿Cómo afectan los antibióticos a la microbiota intestinal? de la publicación española Gaceta Dental. 

Una de ellas es el empleo de probióticos tanto para prevención como para el tratamiento de la DAA. Por ejemplo, la Ultra Levura es un medicamento probiótico que complementa el tratamiento con antibióticos y ayuda a preservar la salud de la microbiota intestinal.

Contiene una cepa que es muy efectiva en el tratamiento de situaciones que alteran la microbiota, la levadura probiótica Saccharomyces boulardii CNCM I-745. 

Cuando las bacterias nocivas producen toxinas que desencadenan la secreción de agua y diarrea durante una infección, la Saccharomyces boulardii CNCM I-745 actúa sobre ellas y evita la secreción excesiva de agua, impide que las bacterias invadan el epitelio intestinal y que se adhieran a las células, mantiene estrechas las uniones entre las células epiteliales, promueve la producción de ácidos grasos de cadena corta (fuente de energía de las células intestinales) y ayuda a restaurar la flora intestinal.

Para finalizar, Ultra Levura es resistente a los antibióticos estudiados así que se puede administrar junto a los antibióticos sin comprometer su eficacia. 

A modo de conclusión, la ciencia aporta nuevos métodos no solo para tratar infecciones sino también para salvaguardar el bienestar del paciente y el funcionamiento de su organismo, sin que una cuestión pondere en detrimento de la otra.

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