La neurociencia y la ciencia del comportamiento
Se abren posibilidades para la investigación y la aplicación en Odontología
El funcionamiento de mecanismos básicos del aparato bucal, la respuesta al dolor y las terapias cognitivas-conductuales se emplean en nuevas formas de comprender y encarar las afecciones y los tratamientos.
A los aportes que la ciencia le brindó a la Odontología en las últimas décadas (como la biología molecular, la farmacología, la imagenología, la ingeniería, la fisiología, etc.), en estos tiempos se le suma la neurociencia.
Funciones de base neuronal como el dolor, el gusto, la masticación, la deglusión y la salivación se manifiestan en el área orofacial y suelen ser motivos de consulta por diversos trastornos. De allí surge la tendencia de que los estudios se vuelquen a este campo. “La investigación en neurociencia ha resultado en una mayor comprensión de estas funciones. Se han obtenido nuevos conocimientos sobre las vías neuronales y los circuitos cerebrales que subyacen a cada una de estas funciones y también sobre el papel de los procesos neuronales y no neuronales y su plasticidad en la modulación de estas funciones, en la adaptación a la lesión y el dolor de los tejidos y en el aprendizaje o la rehabilitación de las funciones orofaciales. Los mecanismos subyacentes a la articulación de los dientes también son un objetivo de investigación de neurociencia en curso y futuro”, afirman los doctores Koichi Iwata (Universidad de Nihon, Japón) y Barry Sessle (Universidad de Ontario, Canadá). Ambos son autores de “La evolución de la neurociencia como campo de investigación relevante para la odontología”, publicado en la edición centenario de la Revista de Investigación Dental (Journal of Dental Research, 2019).
En otro artículo de la misma publicación, “Ciencias del comportamiento en la promoción de la salud bucal”, Colman McGrath (Universidad de Hong Kong, China) analiza la transformación de la salud oral del concepto de “enfermedad” al de un modelo biopsicosocial, de la visión del “tratamiento” a de la “atención de la salud bucal”. Por ello, en la práctica dental cada vez se emplean más las terapias conductuales, como la terapia cognitiva-conductual en la práctica dental -explica McGrath- en el tratamiento de la ansiedad dental, del dolor y de los problemas dentales y orales psicosomáticos. En su opinión, con “resultados prometedores”. Asimismo, el autor pone el foco en considerar la capacitación de los odontólogos, sus recursos y herramientas para la implementación de intervenciones conductuales.
En síntesis, las ciencias del comportamiento proporcionan información sobre modos y hábitos que son perjudiciales para la salud bucal y sobre aquellos que la mejoran.