Cardiovasculares y periodontales: ¿enfermedades aliadas?
Coincidencias en factores de riesgo y mediadores inflamatorios entre ambas enfermedades despertaron la curiosidad de la comunidad científica. ¿Previniendo una se previene la otra?
Las enfermedades cardiovasculares son responsables del 30,3 por ciento de las muertes de adultos. Entre ellas, la cardiopatía isquémica es la causa más frecuente de fallecimiento. Reducir esta patología es un desafío para la salud pública. ¿Por dónde comenzar?
La inflamación está presente en estas patologías y está asociada a la aterogénesis, cuyo evento agudo más frecuente es el infarto de miocardio. Asimismo, diferentes mediadores inflamatorios cumplen una función en la movilización de la placa de ateroma.
La respuesta inflamatoria también es propia de las enfermedades periodontales, que son causadas por bacterias. Para ello se vale de diferentes mediadores que se identificaron en el torrente sanguíneo y que se pueden localizar en diferentes órganos ubicados lejos de la cavidad oral.
La observación de ambas enfermedades coexistentes en pacientes despertó el interés de la comunidad científica. Como afirman Juan Puchades Rufino (profesor asociado de Periodoncia en la Universidad de Valencia, España) y Gloria Calsina (Universidad del Sur de California, Estados Unidos), “la duda era determinar si había una correlación (de causalidad) o, simplemente, se trataba de una mera coincidencia temporal, de enfermedades muy frecuentes, que comparten factores causales comunes”.
En la actualidad, se reconoce que la relación entre ambas patologías son los efectos acumulados de bacteriemias repetidas, sus consecuencias a nivel de la inflamación sistémica; y el efecto que juegan los mediadores inflamatorios producidos en la lesión periodontal.
También hay otros factores de riesgo comunes entre la enfermedad cardiovascular y bucodental, como el tabaquismo, la diabetes mellitus, la hipertensión arterial y la hipercolesterolemia. Asimismo, se incluye al síndrome metabólico dentro de este grupo. Se trata de un cuadro patológico que abarca obesidad, hipertensión arterial, cifras elevadas de glucemia y triglicéridos, y niveles reducidos de colesterol HDL (“colesterol bueno”).
Entonces, ¿si se tratan los problemas periodontales, se puede ayudar a prevenir los problemas cardiovasculares? Especialistas de la Federación Europea de Periodoncia (EFP) y la Academia Americana de Periodoncia (AAP), reunidos en España, llegaron a la conclusión de que el tratamiento periodontal promueve una reducción de la inflamación sistémica, consistente y progresiva, y también una mejoría de la función endotelial. Así todo, también reconocieron que la evidencia es limitada para afirmar que estos cambios agudos o crónicos puedan reducir el riesgo cardiovascular de individuos con periodontitis a largo plazo.
“Sin salud periodontal, no hay salud”, sentencian Puchades Rufino y Calcino en su artículo “Cuida tu boca, te lo pide tu corazón”. Y con ello los autores apuntan a que la enfermedad periodontal “es una causa reconocida de incapacidad y empeoramiento de calidad de vida” y que ocupa el sexto lugar entre las enfermedades más frecuentes a nivel mundial, con más de 750 millones de personas afectadas.