Bajo el prisma de la salud oral: enfermedad celíaca y glándulas salivares 8/22
¿Cómo influye esta patología en funcionamiento de la cavidad oral? ¿Qué incidencia tiene en la flora bacteriana, la caries, la salivación y la sequedad bucal?
La enfermedad celíaca (EC) constituye una enteropatía autoinmune crónica. Así todo, hay un aporte del campo odontológico en la detección temprana de esta enfermedad ya que algunas de sus manifestaciones pueden ser observadas durante la consulta dental: defectos del esmalte dental, estomatitis aftosa recurrente, erupción dental retardada, queilitis angular, picazón y sensación de ardor en la mucosa oral, atrofia, glositis y xerostomía.
Si bien es posible que algunos de estos signos sean atribuibles a deficiencias nutricionales, es probable que también puedan relacionarse a afecciones en las glándulas salivares. La participación de las glándulas salivares menores en la EC puede provocar la xerostomía y cambios en la percepción sensorial de la mucosa oral.
“Un número limitado de estudios ha investigado la participación de las glándulas salivales en la EC y el efecto potencial de una dieta sin gluten sobre las glándulas salivales. Algunos estudios han encontrado tasas de flujo de saliva total reducidas en niños con EC mientras que otros no encontraron diferencias en las tasas de flujo salival entre pacientes con EC y controles sanos”, argumentó el grupo de investigadores de la Universidad de Copenague (Dinamarca) formado por Jason Liu, Ann-Kristine Juncker Lundemann, Jesper Reibel y Anne Marie Lynge Pedersen.
Por ello, se propusieron determinar si los pacientes con enfermedad celíaca presentan cambios inflamatorios y estructurales en sus glándulas salivales menores.
También, si esta afectación de las glándulas salivares se asocia con más molestias orales, peor salud bucal y dental y niveles más altos de estreptococos mutans salivales, lactobacilos, esporas e hifas de Candida en pacientes con esta entidad que en pacientes sanos de edad avanzada.
Para ello, seleccionaron, entrevistaron y evaluaron a 20 pacientes con enfermedad celíaca y a 20 a modo de grupo de control sanos. Todos ellos fueron emparejados por edad y género.
Fueron entrevistados acerca de su estado de salud (oral y general), se les realizaron análisis serológico, examen clínico oral con radiografía de mordida, frotis para Candida, una evaluación de los niveles de estreptococos mutans salivales y lactobacilos, tasas de flujo de saliva total y parótida no estimulada y estimulada por masticación, análisis de IgA secretora y una biopsia de glándula salival labial.
Sus principales resultados fueron:
-Las glándulas salivales menores están comprometidas en la enfermedad celíaca (EC). Los pacientes con EC presentaron una inflamación más extensa y una infiltración linfocitaria más focal en las glándulas salivales labiales que los individuos sanos.
-Se observó atrofia acinar, fibrosis e inflamación crónica difusa (características de la sialoadenitis crónica) en los sujetos con EC. Esto indica la presencia de procesos inflamatorios inmunomediados previos y extensos en el tejido de la glándula salival.
-En las glándulas salivares menores se encontró cambios estructurales e inflamatorios. Esto podría indicar que la mucosa oral suprayacente puede afectarse por una respuesta inflamatoria posiblemente provocada por pequeñas cantidades de gluten o derivados del gluten.
-Los cambios inflamatorios no parecerían afectar a las glándulas salivales mayores (o al menos en la medida que influya en su función). “Por lo tanto, las tasas de flujo de saliva entera no estimulada y estimulada por masticación fueron significativamente más altas en los pacientes con EC que en los controles sanos”, argumentaron los científicos mencionados.
-La xerostomía fue un síntoma prevalente (65%) en pacientes con EC a pesar de haberse hallado tasas de flujo total de saliva normales y altas.
-Los pacientes informaron con frecuencia brotes recurrentes de estomatitis aftosa (85%).
-No hubo diferencias entre los pacientes con y sin enfermedad celíaca en cuanto al número de lesiones de caries, superficies dentales obturadas y faltantes, y la puntuación de placa dental. De acuerdo a Jason Liu y a su equipo, esto “también se correlacionó con la frecuencia de las comidas entre comidas”.
-“Curiosamente, los pacientes con EC tenían una puntuación de inflamación gingival significativamente más baja. En este sentido, se ha sugerido que la adherencia a una dieta libre de gluten conduce a una microbiota oral que favorece la salud gingival”, también indicaron en su estudio.
Contrariamente, los pacientes con EC que no siguen una dieta libre de gluten en forma estricta presentaron mayor inflamación sistémica, que puede estar relacionada con la inflamación gingival.Finalmente, y a modo de conclusión, los investigadores infirieron que “las glándulas salivales menores parecen estar afectadas en pacientes con EC de mayor evolución, a pesar de seguir una dieta sin gluten”.
También, agregaron que “la función de las glándulas salivales mayores no parece verse afectada en la EC, y la sIgA salival no difirió entre los pacientes con EC y los controles sanos”.
Así y todo, en el trabajo Salivary gland involvement and oral health in patients with coeliac disease (en donde plasmaron todos los pasos y resultados de su investigación) señalaron cuáles son los futuros puntos a desarrollar para poder dar cuenta de las preguntas que fueron surgiendo a medida que arribaban a cada resultado. El mismo puede consultarse en el European Journal of Oral Sciences.