Aerosoles en la transmisión del coronavirus: ¿un caso de subestimación?

 

El Dr. Martín Lombardero analiza el rol de los aerosoles en la transmisión de COVID 19, las medidas de prevención, los supercontagios y lo que sí podría funcionar para disminuirlos.

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¿Por qué es difícil controlar la pandemia por coronavirus? Entre tantas hipótesis, el doctor Martín Lombardero apuesta la comprensión de la vía de transmisión viral y su interrelación con los aerosoles de contaminación ambiental.

Este cardiólogo y jefe de Imagen Cardiológica de los Sanatorios La Trinidad, Ramos Mejía y San Isidro lo explica detalladamente en su artículo La subestimación de la transmisión por aerosoles publicado en el portal Intramed.

El coronavirus tiene un diámetro de 0.12 micras, en promedio, y no flota aislado en el aire: las microgotas y aerosoles de varios tamaños se encargan de transportarlo. Inclusive, Lombardero recuerda que también existe material viral de COVID-19 en los aerosoles, hasta replicable.

Como ejemplo, expone que este hallazgo fue demostrado en lugares con alto riesgo de aerosolización como los centros de salud. Los espacios de mayor concentración se encuentran cerca de los ductos de ventilación, baños, staff de médicos, pasillos de centros de salud con coronavirus y hasta debajo de la cama de pacientes infectados (donde uno de los flujos de ventilación se orientan hacia esa dirección).

Los ejemplos de supercontagios (en espacios cerrados, con ventilación artificial y recirculación de aire) también apoyan la idea potencial de que los aerosoles que emanan los pacientes con COVID 19 en lugares no ventilados infectan, potencialmente, distancias mayores a los 2 metros clásicamente descriptos. A modo de ilustración, Lombardero recuerda el caso del ensayo del coro en Sakgit (Estados Unidos), donde un individuo contagió a 52 de 61 personas presentes.

Para el autor, vale también señalar que aunque se mencione “transmisión por aire” la posibilidad de contagio en espacios abiertos es de 20 a 100 veces menor que en espacios cerrados. Además, los rayos UV del sol inactivan a cualquier virus en minutos. Cuanto más aireado sea el espacio exterior, menor serán las probabilidades de contagio. Aunque no quedan dudas de la relevancia de las medidas de prevención (distanciamiento físico, máscaras faciales (barbijos), protección ocular), las mismas no parecen ser suficientes.

Por otra parte, el barbijo evita la contaminación balística o directa pero no inhibe totalmente la aerosolización. A esto se le suma que no todos lo emplean correctamente, tanto personas sanas como pacientes con COVID 19. En el último caso se torna difícil tenerlo bien colocado cuando se siente mal y se tiene falta de aire. Así todo, el barbijo N95, de uso exclusivo médico, demostró ser el más efectivo.

De esta forma, el autor afirma “Las medidas de bioprotección individual disminuyen el contagio, pero no bastan para abolirlo, sobre todo en lugares de alto riesgo. Haría falta, entonces, inhibir la aerosolización del lugar”.

Como ejemplo cita el contagio mínimo que sufrió el personal de cabina de los vuelos de repatriado a Argentina con COVID-19. Esto se debió a los sistemas de bioseguridad de los aviones que están equipados con filtros potentes de alta eficiencia HEPA 14 con la recirculación de aire externo.

“Los filtros HEPA 14 filtran el 99.9% de virus y otros gérmenes, y propusimos adaptar el mecanismo de filtrado de aviones y quirófanos en comercios, espacios cerrados, consultorios, gimnasios, trasporte público, universidades, teatros, bares… etc.”, explica el doctor Martín Lombardero.

Con mayor detalle, se explaya en la necesidad de contar con elementos electrónicos de bioseguridad con sistemas de filtros de alta eficiencia (HEPA 14) combinados con germicidas (por ejemplo, una luz UV no tóxica) que garanticen un filtrado de aerosoles (de todos los tamaños) y un frecuente recambio del aire ambiental en espacios cerrados y de alto riesgo de infección.

Finalmente, una de las preguntas más interesantes que se realiza el especialista en Cardiología es por qué algunos individuos hacen mayores síntomas y mayor gravedad en el desarrollo de la infección por COVID 19.

Sumado a la incidencia de la carga viral, el tiempo de exposición, la susceptibilidad individual (multi-origen), los antecedentes y el tenor de la respuesta inflamatoria, “el argumento que la vía de transmisión de muy pequeños aerosoles alcance en forma directa los alveolos podría ser una hipótesis que explique una mayor rapidez y gravedad de la enfermedad”, argumenta el doctor Lombardero.

“Por eso y quizás… en la subestimación de la vía de transmisión por aerosol en lugares cerrados y poco ventilados, y en la hipótesis (aun no estudiada) de la propiedad anisotrópica de este virus, pueda estar una de las causas del origen de tanto contagio”, apunta a modo de reflexión.

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