Soluciones caseras que traen problemas

El paciente que busca una sonrisa perfecta a veces consume artículos de medios de comunicación sobre las formas rudimentarias de lograrla. Qué hay de mito y realidad en estos saberes populares.

Por los Dres. Nélida Cuniberti de Rossi y Guillermo Rossi*  

Actualmente, en la odontología la acción preventiva apunta también a conservar la estructura dentaria.

Para eso, hay que evitar aquello que la produce, como el consumo de alimentos ácidos, los trastornos de la alimentación (la presencia de jugo gástrico en boca por vómito inducido) alteraciones gastroesofágicas y el uso de sustancias abrasivas.

En algunas revistas de moda se incentiva al uso de sustancias domésticas para blanquear los dientes, evitar la halitosis y el sangrado de las encías.

Son conceptos del saber popular. Algunas de esas costumbres generan daño en la superficie de las piezas dentales y otras no hacen aporte significativamente sustancial. Veamos algunos de estos conceptos que aparecen como tips de belleza.

Lavarse con Salvia. El uso de infusiones con hojas de salvia para enjuagues bucales  no blanquea los dientes. Los orígenes del uso de esta hierba en odontología datan de la época pre-cristiana en Europa. Se usaba las hojas secas, hechas polvillo, que mezcladas  con agua frotaban sobre la superficie dentaria para eliminar las manchas. Su poder astringente, antiinflamatorio y antiséptico mejoraba su aspecto, reducía el sangrado y brindaba un mejor aliento. Las creencias populares lo mezclan con canela y clavo de olor.

Mezcla de especias con sustancias alcohólicas. La canela es una especie alcalinizante y tiene propiedades astringentes y antimicrobianas (aldehído cinámico). De allí que aparece en la actualidad en algunos dentífricos y enjuagues bucales. De la misma forma ocurre con el clavo de olor (eugenia cariofilata, eugenol). Ambos inhiben el crecimiento bacteriano. Este último es de uso muy común como un caramelo en poblaciones de  India y Medio Oriente. La nuez moscada es un fruto ácido que en nada aporta su uso en la higiene bucal. El Jerez es un vino fuerte que en su etapa de vinificación recibe una dosis de alcohol, tiene un bajo Ph de 3.4, por lo tanto es una sustancia erosiva. La menta es un elemento saborizante que tiene un Ph de 6 (recordemos que el Ph neutro es 7). La mezcla de estas sustancias para hacer enjuagues bucales, si bien algunas de ellas son beneficiosas, el solo hecho de encontrarse insertas en un vehículo como el jerez se convierte en un producto dañino para la superficie dentaria.

Frotar limón o cáscara de naranja contra los dientes. Es una de las creencias populares que más circula. La acidez produce lesiones corrosivas que afectan a la integridad de los tejidos duros del diente. El limón es un quelante y la pérdida de tejidos duros del diente por su uso es de significativa importancia. “El cepillado y el uso del limón, como así también frotar el esmalte con cáscara de naranja, no da suavidad a la superficie y traen como consecuencia la pérdida de la estructura dentaria que, a pesar de lo que dicen muchas publicidades, no se recupera y solo la repara el odontólogo”.

Cepillarse inmediatamente después de ingerir productos ácidos. “El ácido desmineraliza el esmalte. Las cerdas del cepillo van arrastrando los cristales minerales y esto va produciendo una pérdida de la estructura dentaria. Al principio es imperceptible, pero en etapas avanzadas la pérdida se hace visible generando una superficie rugosa y la pérdida del color natural al dejar traslucir la dentina debajo del esmalte que es más oscura, lo que da la impresión de dientes más oscuros”. En este grupo también se incluyen a  los pacientes con trastornos de la alimentación, en especial los que se provocan el vómito después de un atracón (bulimia), la alcoholepsia, la anorexia y la ruminación. Tanto en  el reflujo gastroesofágico como en  el vómito provocado el jugo gástrico va erosionando el esmalte. Una evidencia, por ejemplo, es que “muchos deportistas corren el riesgo de erosión cuando, para reducir la deshidratación y la sequedad bucal, sostienen y succionan trozos de frutas cítricas”.

Cepillarse con ceniza. El uso de ceniza sobre el cepillo es un elemento sumamente abrasivo, utilizado en otras décadas por pacientes fumadores. El bicarbonato de sodio, si bien es un elemento alcalino con un Ph de 8.6, sería correcto como enjuague después de un vómito. Su uso no es bien instrumentado dado que muchos lo aplican como polvo limpiador, por lo tanto se convierte en un elemento abrasivo. Las cerdas blandas con elementos abrasivos se aglutinan y se convierten en superficies que generan abrasión en  la estructura dental. El uso de cerdas duras no limpia mas solo lastiman la encía

No hay mejor cosa para los dientes que un correcto cepillado, con elementos correctos y con una técnica adecuada para eliminar la placa bacteriana. De esta forma se disminuye el potencial cariogénico y se mantienen las encías sanas. Esto es sinónimo de estética.

Referente a la halitosis, lo que se sugiere es cepillar la lengua con cepillos destinados a tal fin o con el reverso de cepillos dentales preparados para ello, siempre y cuando la halitosis sea de origen bucal.

Algunas revistas publican técnicas caseras, medios que no están aconsejados por un profesional y se manejan con publicidades inescrupulosas y artículos de bajo nivel científico sólo basados en creencias populares

Es una obligación moral enseñarle al paciente la prevención no sólo de las enfermedades sino también la conservación de las estructuras dentarias y motivarlos a las consultas periódicas, permitiendo el consejo profesional.

*Docentes de la Escuela de Odontología de la Universidad del Salvador y de la Asociación Odontológica Argentina.

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