Un recorrido por la historia de la Microbiología

A través de cuatro preguntas, la profesora doctora Susana Molgatini, titular de la Cátedra de Microbiología y Parasitología de la Facultad de Odontología de la UBA, traza un camino entre los hechos más importantes de esta disciplina y los que vendrán.

¿Cuáles considera que fueron los hechos más importantes en la Odontología?

Los avances más importantes de la Microbiología en la Odontología fueron fundamentalmente los relacionados con el campo de la prevención de las enfermedades desmineralizantes del esmalte que se basan en dos principios centrales: el empleo racional de las múltiples terapias fluoradas y el  manejo clínico de la ventana de infectividad. En segundo lugar, se encuentran las investigaciones en el área de las enfermedades periodontales que demuestran que estas patologías son inmuno-infecciosas y transmisibles. En tercer lugar, ubicamos el conocimiento del carácter infeccioso de la cavidad bucal y su posible papel etiológico en complicaciones sistémicas. Finalmente, no podemos dejar de mencionar el descubrimiento de nuevos agentes infecciosos que requirieron un replanteo de las medidas de Bioseguridad para controlar la infección en la práctica odontológica.

¿Y cuáles considera que fueron los avances más importantes en su disciplina?

En referencia  a los avances específicos de la Microbiología cabría señalar muy brevemente ciertos hitos. Los primeros microorganismos bucales fueron observados por Antony van Leeuwenhoek,  a partir de muestras de su propia saliva y del material depositado en sus dientes, a los que denominó “animáculos” y lo comunicó en 1689 a la Royal Society de Londres.

En 1745, Pierre Fauchard relacionó lo que hoy se conoce como la placa y el sarro o tártaro con la aparición de gingivitis y periodontitis.

En 1773, John Hunter señaló que estas enfermedades podían repercutir en otras zonas del organismo.

Sin embargo, la asociación de los gérmenes con las enfermedades -teoría infecciosa de las enfermedades- recién la postula Louis Pasteur en 1857 y es confirmada en 1882 por Robert Koch,  quien demostró la especificidad de las enfermedades infecciosas en sus postulados que asocian un microorganismo a una enfermedad determinada.

En 1890, Willoughby D. Miller, químico y dentista estadounidense, trabajó con Koch en Berlín y de él aprendió las técnicas de laboratorio que habría de utilizar en sus investigaciones. Entre 1871 y 1907 publicó 164 trabajos en los cuales describió las causas de la caries dental y el papel que los microorganismos juegan en ellas. Publicó en 1890 su libro The Microorganisms of the Human Mouth, donde expone la teoría químico-parasitaria en virtud de la cual los microorganismos, al actuar sobre los hidratos de carbono de la dieta acumulados en la boca, producirían ácidos que desmineralizarían los tejidos duros del diente. Él intentó aislar e identificar estos microorganismos bucales pero encontró la dificultad de obtener cultivos puros debido a la heterogeneidad de este microbismo. Sin embargo, en 1891, basándose en la  hipótesis previa de John Hunter, formuló la teoría focal por la cual las bacterias bucales podrían, a partir de la boca, originar procesos infecciosos en otros puntos del organismo (hoy aplicable como norma a la profilaxis prequirúrgica).

León Williams en 1897 describe por primera vez las acumulaciones de bacterias adheridas al esmalte cariado. Fue, además, uno de los fundadores de la International Association for Dental Research (IADR).

Greene Vardiman Black definió a esos acúmulos como «Placa Gelatinosa» en 1898. Jack K. Clark en 1924 descubrió al Streptococcus mutans como un microorganismo relacionado con  la caries dental.

Hacia 1960, Paul Keyes demostró que la caries dental es una enfermedad infecciosa transmisible. En 1965, junto con Robert Fitzgerald, determinó que además es multifactorial.

En el campo de la Microbiología periodontal se destacan los trabajos por Microscopia Electrónica de Transmisión de Max Listgarten en 1965 sobre microorganismos de la gingivitis ulcero-necrotizante aguda; y en 1976, sobre bacterias periodontopáticas.

En 1979, Sigmund  Socransky postula que las enfermedades periodontales son enfermedades infecciosas polimicrobianas.

Con respecto a los avances microbiológicos en nuestro país, la Cátedra de Microbiología de la Universidad de Buenos Aires edita en 1939 el Manual de Bacteriología y Microbiología dental en la vieja Escuela de Odontología, a cargo del profesor Emilio Ferré.

En 1947, es nombrado profesor titular Manuel Rey Millares, quien en 1939 había publicado Contribución al estudio de los gérmenes del grupo coli-aerogenes, el primer trabajo sobre microbiología dental en nuestro país. En 1953, publicó el libro Técnica Microbiológica,que detalla con imágenes las características de los laboratorios de trabajos prácticos de la Cátedra que por su diseño de avanzada para la época aún seguimos utilizando.

En el año 1959, Marta Negroni realizó las primeras investigaciones en el campo de la microbiología bucal sobre el microbismo periodontal y sus antígenos cuyos resultados fueron merecedores de premios de entidades científicas y publicaciones. Su inquietud por las bacterias filamentosas la llevo a realizar numerosos trabajos que demuestran que estos microorganismos están relacionados con la etiopatogenia de la enfermedad periodontal y la formación de cálculos dentales y salivales.

Igualmente fueron pioneros, en 1974, los trabajos de José Mitre Sa-Fleitas, Juana Dora Crespo,  María Rosa Ramella, Luis Somaglia, Liliana Turcot y colaboradores sobre aislamiento y cultivo de Mollicutes, no sólo de importancia médica sino de cepas periodontales.

Hacia fines de la década de 1970 y comienzos de los años ochenta, Carlos A. Sabelli, Susana H. Piovano,  María Isabel Bernat, María del Carmen Manto y colaboradores publican sus estudios de formación de placa in vitro por microorganismos cariógenicos, Streptococcus mutans y Lactobacillus sp y de morfogénesis de la placa bacteriana. En el campo de la microbiología periodontal realizaron trabajos sobre la invasión de los tejidos periodontales por gérmenes del tipo «bacteroides», cocos y espiroquetas.

En la década del 1980, Marta Negroni, Ruth Borensztein, Susana Molgatini, Beatriz Levin y María Inés González  describen la capacidad de Candida albicans para formar seudoplaca, la adherencia de esta levadura a distintos materiales biocompatibles de uso odontológico y su sensibilidad a antisépticos bucales.

En la década de 2000, Alcira C. Rosa y colaboradores comienzan a realizar trabajos de investigación y revisión sobre temas de Bioseguridad para la prevención de la infección cruzada en la práctica odontológica.

¿Qué desafíos le espera a la Microbiología en el futuro? ¿Qué tendencia a futuro se perfila?

En el futuro inmediato y con  las posibilidades tecnológicas actuales, tales como la  microscopía confocal, la metagenómica, la biotecnología y la nanotecnología aplicadas a la identificación microbiana permiten suponer un futuro promisorio respecto del diagnóstico, tratamiento y prevención de las enfermedades infecciosas nuevas, emergentes y/o reemergentes.

El fenómeno de las pandemias, en 1980 con el SIDA y las más recientes la gripe aviar y gripe A, han creado una creciente concientización de la importancia y el peligro de los agentes infecciosos, de lo vulnerable de las poblaciones animales y humanas y de lo crítico y fundamental de las normas de bioseguridad.

Esto hará que las autoridades sanitarias asuman un rol crítico en la educación y contención a nivel académico y comunitario.

Para tal fin la Cátedra de Microbiología  ha asumido, como proyecto a largo plazo, intensificar los cursos de bioseguridad a nivel de grado, posgrado y extenderlos a nivel comunitario a través de su página WEB, como respaldo a las campañas sanitarias de esta Facultad y de las autoridades sanitarias nacionales.

Los mayores desafíos para un futuro con pandemias deberán ser enfrentados no sólo por un país sino por toda la comunidad internacional.

Nuestro mayor reto será multiplicar los esfuerzos para extraer de cada uno de nosotros  la esencia del espíritu académico, científico y docente, para el bienestar no sólo de nuestra Universidad de Buenos Aires sino de la comunidad toda y para beneficio de la humanidad.

Autores:
Dra Susana L Molgatini

Prof Titular  Regular
Cátedra de Microbiología y Parasitología

Dra Liliana G. Turcot
Prof Adjunta  Regular
Cátedra de Microbiología y Parasitología

Luis Somaglia
Jefe de Trabajos Prácticos
Cátedra de Microbiología y Parasitología

María Inés González
Jefe de Trabajos Prácticos
Cátedra de Microbiología y Parasitología


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