Navegando en el mar de los cambios
Me siento a escribir estas líneas pensando que se acerca el 3 de octubre, Día de la Odontología Latinoamericana. Y, mientras tanto, repaso las notas que publicaré en la próxima edición y las que acumulé durante el año.
Me sorprendo a mí misma siempre con este tipo de situaciones. No dejo de maravillarme con los adelantos que vienen transformando a nuestra profesión en las últimas décadas. Y no sólo se trata de materiales y técnicas: ahora incluimos un cambio de mirada sobre la patología, en donde buscamos no sólo la excelencia funcional, sino que pensamos en la sonrisa, en el efecto en el rostro, en cómo se puede transformar la realidad personal y social de un paciente con un trabajo bien hecho.
También vienen a mi mente casos desafiantes que antes se reservaban sólo a los expertos y que ahora se trabajan en la cotidianeidad del consultorio: pacientes inmunodeprimidos o con enfermedades preexistentes que nos obligan a “salir del molde” y a establecer un rico diálogo con otros tipos profesionales de la salud.
Y al ritmo de estos cambios, se transformó la mirada social de la Odontología. Ahora figura en la agenda de medios de comunicación y en la publicidad. El paciente, de a poco, se anima más a venir al consultorio más allá de la urgencia. Es cierto: también está un poquito más exigente que antes. Pero eso nos interpela a ser más contenedores, atentos y competentes.
Entonces vuelvo a la idea de cómo el progreso científico fue abriendo las mentes de los odontólogos, animándose a mejorar, a encontrarse, a intercambiar conocimientos y a perfeccionarse. Aunque eso no es nada nuevo: esto ya se practicaba en 1917 cuando los odontólogos de américa se congregaron para formar la Federación Odontológica Latinoamericana (FOLA), y gracias a ello el 3 de octubre de 1925 se estableció el Día de la Odontología Latinoamericana en el segundo Congreso Internacional de FOLA (por cierto, una iniciativa del argentino Raúl Loustalan). ¡Brindo por ello!
Dra. Silvia Levin
Directora