La mala salud oral no ayuda a los tratamientos de presión arterial
La efectividad de los medicamentos se ve afectada por la periodontitis, de acuerdo a un estudio publicado en Hypertension. La necesidad de una derivación mutua entre médicos y odontólogos.
De acuerdo a cálculos estimativos, la hipertensión arterial afecta a hasta el 40 por ciento de las personas mayores de 25 años en todo el mundo.
Si a esta enfermedad se le adiciona otra, como la periodontitis, el resultado puede ser potenciador para ambas.
Una investigación publicada en la revista Hypertension de la American Heart Association destaca los beneficios de una buena terapia para la hipertensión si los pacientes gozan de buena salud bucal.
El estudio se basó en los registros médicos y dentales de 3600 personas con presión arterial alta. Aquellas que tenían encías más sanas respondieron mejor a la medicación contra la hipertensión comparadas a aquellas que registraban periodontitis.
Esta enfermedad se caracteriza por encías enrojecidas, inflamadas y sensibles o que sangran con el cepillado y el uso de hilo dental. Por su parte, los dientes que parecen más largos que antes (signo de retroceso de las encías) o están sueltos o separados de la línea de las encías.
El estudio, liderado por el doctor Davide Pietropaoli de la Universidad de L’Aquila (Italia), arroja que los pacientes con periodontitis severa tenían una presión sistólica que era, en promedio, 3 mmHg más alta que aquellos con buena salud oral.
Aunque aparenta ser pequeña, esta diferencia de 3 mmHg es similar a la reducción de la presión arterial que se puede lograr al reducir la ingesta de sal en 6 gramos por día (equivalente a una cucharadita de sal, o 2,4 gramos de sodio).
Entre las personas con hipertensión no tratada, la enfermedad periodontal amplió la brecha aún más lejos: hasta 7 mmHg. La medicación para la presión arterial redujo la brecha hasta 3 mmHg, pero no la eliminó por completo. A partir de ello se sugiere que la enfermedad periodontal puede interferir con la eficacia de la terapia de la presión arterial.
A modo de conclusión, Pietropaoli señaló que “Los médicos deben prestar mucha atención a la salud oral de los pacientes, en particular a los que reciben tratamiento para la hipertensión, e instar a aquellos con signos de enfermedad periodontal a buscar atención dental”. Similarmente, y la inversa, el especialista italiano insinuó a los profesionales de la Odontología que los pacientes con enfermedad periodontal pueden requerir un control más estrecho de su presión arterial.