En el verano, el problema es la erosión ácida
En esta época del año cuidamos obsesivamente la piel, el cabello, la dieta y la hidratación. ¿Pero qué hay de nuestros dientes?
Así como los dermatólogos aconsejan preservar la piel de la acción nociva de los rayos solares en vísperas del verano, sería conveniente que el odontólogo alertara a sus pacientes sobre los efectos nocivos de la acción de las bebidas sobre el esmalte (soft- drinks, bebidas de soja saborizadas, jugos y bebidas deportivas, y alimentos ácidos como el yogur).
Estos productos tienen un pH ácido que producirían un efecto erosivo, a diferencia de la leche, agua mineral sin gas y las bebidas de soja sin saborizar.
Es bien sabido que en esta época el consumo de estos refrescos aumenta considerablemente tanto para saciar la sed, por el incremento de la actividad deportiva, para restablecer el equilibrio electrolítico del organismo o para formar parte importante de dietas especiales.
Una de las formas de prevenir la erosión sería advertir a nuestros pacientes de almacenar las bebidas en el refrigerador o agregar hielo para reducir la temperatura y diluir el ácido (de esta forma disminuiríamos el riesgo de la erosión).
Asimismo, es importante que el odontólogo pueda detectar los efectos deletéreos sobre el esmalte provocado por los trastornos de alimentación -anorexia y bulimia- ya que la acción del acido gástrico con un pH menor a 2 disuelve los cristales de hidroxiapatita. Su efecto puede ser agravado por la acción abrasiva del cepillado cuando éste se realiza en forma inmediata al vomito.
Procedimientos para controlar la erosión:
Controlar la dieta.
Utilizar cepillos de cerdas blandas.
Recomendar pastas dentales de baja abrasividad y con alto contenido de flúor.
Tratar los trastornos de conducta alimentaria.
No cepillar inmediatamente después del contacto con el ácido.
Enjuagatorios con flúor.
Topicaciones con geles de flúor de alta concentración o aplicación de barnices fluorados.
En pacientes con xerostomía, indicar el uso de goma de mascar sin azúcar para estimular el flujo salival: de esta forma se contrarrestaría el efecto dañino de un Ph bajo producido por los ácidos.
Monitorear las lesiones en forma periódica.
Dra. Nelida Cuniberti de Rossi
Dr. Guillermo Rossi
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